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La Importancia de Los Alimentos Para el Cerebro Parte I


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La importancia de llevar una vida ordenada y saludable, para potenciar y mejorar nuestra salud. Es una necesidad que tenemos todas las personas de vivir bien y siempre mejor  es algo a lo que debemos prestar atención con dedicación y entrega.

Debemos entender que una vida saludable es una vida en la que los hábitos dietéticos saludables se combinan con hábitos de vida propicios que incluyen la práctica regular del deporte y diversos ejercicios físicos, la reducción de tóxicos como el alcohol y el tabaco, y una rigorosa y sólida alimentación. Sin embargo, cabe recalcar, esto no será posible mientras no tomemos conciencia de lo importante que es la vida y lo necesario que es tener una amplia y abierta disposición al cambio.

Nos referimos al cambio de nuestros hábitos, esos que en el tren de la vida, en el día a día, dificultan nuestro pleno desarrollo. Debemos entregarnos a nosotros mismos de modo que cada día sea una potenciación de nuestras capacidades personales.

Una buena salud nos asegura una buena vida  en todos sus niveles: mental, anímico, espiritual, físico o corporal, emocional etc.  El correcto funcionamiento del cuerpo depende del equilibrio entre todos los elementos de nuestro organismo y la naturaleza, ya que formamos parte integral de ella, por lo que nuestra alimentación y nuestras costumbres personales se combinan de modo que superemos cualquier dificultad física y mental que nos afecte.

Históricamente, la humanidad ha tenido ocultos enemigos de su salud, pestes y epidemias de todo tipo han corroído y diezmado poblaciones; hoy en día la humanidad está azotada por modernas calamidades que surgen de las industrias alimentarias. Si antes el hombre navegaba ignorante con enfermedades como el escorbuto, hoy en día estamos a bordo del barco de las enfermedades cerebrovasculares y cardiovasculares, y al asfixiar la sangre nos estamos ahogando lentamente, Parejamente a ello la humanidad está engordando, se intoxica y enferma por su ignorancia en el consumo de sus alimentos.

La alimentación es nuestro vehículo al conocimiento y a la felicidad y saber alimentarnos es una cuestión de cuidarse y cuidar a los demás. Las economías familiares se preocupan por satisfacer sus necesidades inmediatas y consumen alimentos sin reflexionar sobre el impacto que tiene sobre su cuerpo y cerebro; debido a nuestra miopía mental no consumimos alimentos saludables para nuestros organismos.

Los alimentos no solo son combustibles para obtener energía utilizada en nuestras actividades diarias, lo es también para la actividad emocional de nuestros órganos internos, en la cual juega un importante rol. Necesitamos saber que universo de grasas está transitando por nuestro tracto digestivo y cuáles empantanan o, por lo contrario, fortifican la vida de nuestros órganos internos.

Nuestro moderno cambio de cultura alimenticia nos trae desconocimiento de los beneficios y perjuicios para nuestro cuerpo. Además de una débil autoestima. Cada alimento que ingerimos y cada bebida que tomamos actúan sobre nuestras facultades mentales. Somos lo que comemos y lo que bebemos, física y psíquicamente”.

Una buena nutrición repercute en cómo nos sentimos de manera integral: el acto consciente de alimentarnos bien es un acto de amor hacia nosotros mismos que nos llena de placer a la vez que de salud. O, lo que es lo mismo: disfrutar de un cuerpo lleno de energía mantiene lúcido y predispuesto a la alegría de nuestro sistema neuroemocional.

Encontramos un ejemplo de esta interconexión en una de las numerosas pruebas que se han realizado en Texas (Estados Unidos) para demostrar que el fracaso escolar puede estar ligado a una mala alimentación de los estudiantes. Durante nueve semanas. Un grupo de ellos cambió los fritos, dulces y estimulantes por una dieta basada en la pirámide alimentaria. El resultado fue una mejora del 44% en su rendimiento académico. Y es que, como dice el refrán español, “a la cabeza, el comer endereza”.

El cuerpo edifica su salud con los nutrientes que le proveemos. Los carbohidratos son un gran grupo que incluye azúcares y dulces, cereales y derivados (harinas, pan, galletas, pasta), vegetales ricos en almidón (patatas, boniatos, castañas, plátanos), vegetales pobres en almidón, legumbres y fruta. Todos proveen básicamente de energía al cuerpo por que acaban convirtiéndose en glucosa, el principal combustible del organismo, pero algunos son más recomendables que otros porque no elevan el nivel de azúcar en la sangre.

Los descubrimientos en los campos de la genética y de la neurología han hecho que nos replanteemos los conceptos de placer, bienestar y felicidad, porque ahora sabemos que podemos desencadenar procesos fisiológicos positivos y, lo que suena increíble, ¡es gratis! Sólo necesitamos ciertos estímulos para que eso suceda.

Las endorfinas son sustancias que el propio cuerpo fabrica en ocasiones tan antagónicas como la relajación y el esfuerzo físico. Desencadenando sensaciones de placer, bienestar y hasta de euforia. La ciencia se ha interesado en esta sustancia por su acción inhibidora de la transmisión del dolor, ya que es como un analgésico natural del que disponemos. Pero que en el plano emocional es una llave que abre puertas maravillosas.

Las endorfinas funcionan como neurotransmisores, un grupo complejo del que cada vez se saca más partido. Son mensajeros químicos que hacen circular nuestras emociones y sensaciones del y hacia el cerebro con respecto a todo el organismo.

Por tu salud,

Edú González
http://www.desarrollatucerebro.com

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